DEJA QUE HABLE TU CORAZÓN
San Francisco de Asis
Deja que hable
tu corazón,
deja que cante.
Deja correr la gacela en la llanura.
Deja volar las aves que hay en ti,
deja que se eleven y remonten las alturas.
Deja que arda la llama en tu interior,
no la apagues, porque es tuya.
Deja hoy que entre el sol por tu ventana,
y que ilumine tu rostro con su luz.
Deja calentar tu corazón para que hable,
que se despierte el duende que hay en ti,
deja que baile.
Déjalo correr de un lado a otro,
déjalo que ría.
¡Déjalo por fin que se levante!
Abre la puerta
y escucha el canto de esos niños;
cantan para ti
no los espantes.
Mira los pájaros del parque,
si trinan es por ti,
para pedirte que los acompañes.
Mira las nubes en el cielo;
traen agua para ti,
quieren regar la flor que ha crecido en el jardín,
deja que empapen tu tierra y se levante.
Abre tu puerta, quita las llaves;
deja a los hombres entrar en tu jardín;
deja que allí tu corazón les hable.
Deja escuchar un corazón que cante;
déjalo libre,
déjalo que ame.
No hay comentarios:
Publicar un comentario